Sé que no suelo decirlo pero voy a intentar que me salga todo del tirón.

Confieso que cuando te vi por primera vez no recuerdo qué hice pero créeme si te digo que las primeras impresiones no siempre engañan.

Llevas dentro un cachito de mi yo más sincero y por ello hoy quiero gritar a los cuatro vientos que gracias por haber aparecido en mi vida, por querer quedarte y nunca defraudar.

Gracias por ser mi hermano y no soy exagerada si te digo que a estas alturas la vida en soledad o sin ti no es para mí.

Tú, que estás y estarás aunque la tormenta haya arrasado con todo.

Tú, culpable de mis ataques de risa, travesuras o lágrimas instantáneas que acaban en un rápido ‘lo siento’ porque nos es imposible estar más de 5 minutos enfadados.

Sé que no suelo demostrar cariño muy a menudo, que me escondo cuando intentas darme un abrazo sorpresa, es más, pondría la mano en el fuego a que pocas veces he sacado a la luz lo que te quiero, pero aquí estoy, clavando espadas a cualquiera que intente hundirte, siendo flotador, vía de escape, consejera, salida de emergencia y hogar

Hemos sido cocineros, pilotos, reyes magos, animales, carpinteros, presentadores o bailarines y estaría dispuesta a volver al pasado sólo para que esos momentos se queden anclados en el tiempo…porque el tiempo pasa, todo sigue, hemos tenido la mala suerte de ver nuestras pesadillas hechas realidad, de llorar cuando no lo merecíamos y haber tenido que crecer antes de lo previsto….pero sin ti nada de esto habría tenido sentido.

Gracias por ser mi apoyo desde el día en que naciste y por haberte vuelto el amor de mi vida, de esos amores reales que no te rompen el corazón…suerte la mía.

Dicen que el amor de un hermano está por encima de cualquiera y cualquier flechazo y por eso quiero dedicarte estas palabras para que sepas que te necesito en mi vida porque la haces más feliz…querido hermano, gracias por existir, gracias por estar, gracias por no irte.

También dicen que las palabras sobran….pero esta vez sé que me he quedado corta