Te fuiste y aunque las cosas son ley de vida y ley de muerte confieso que es complicado asimilar que ya no estarás aquí.

Dicen que los abuelos deberían ser eternos y yo me pongo en el otro bando para contradecirlo: porque cuando algo es para siempre no se llega a valorar del todo.

Y sin embargo, cuando las personas son efímeras se las quiere un poquito más y más aún cuando sabes que la edad les hará marcharse…porque como me dicen todos… «es ley de vida».

Ahora se te anuda el llanto en la garganta y no sale fácilmente, te invade la duda de si aprovechaste el tiempo a su lado lo suficiente, si no defraudaste, si se siente orgulloso, orgullosa…

Luego está mi otro yo que no para de repetir «te quiero, siempre…y hasta siempre» porque quizás nunca llegamos a decirlo mientras les tenemos arropando nuestros sueños.

Joder, acuérdate de todo lo que viviste con ellos. Sombra y paracaídas que estaban siempre a tu lado cuando las cosas fallaban, segundos padres y por eso duele tanto cuando tienen que marcharse por la puerta grande.

Gracias a los abuelos por enseñarnos tanto aun en silencio y sin saberlo, ellos son los seres más reales que el mundo podría tener y también los más sinceros.

Siempre estaréis aunque sea en mi recuerdo para toda la vida porque lo importante no se va así como así.

Nos veremos cuando la muerte decida juntarnos una última vez porque como todo, es ley de vida y ley de muerte