¿Me echas de menos? Parece una pregunta estúpida pero tras tanto tiempo sin saber de ti me has venido a la cabeza y me he preguntado si alguna vez has vuelto a pensar en mí.

En mis ojos, en mis piernas, en todo lo que no nos dijimos y en las palabras que se quedaron en el olvido.

A veces te he echado de menos, lo confieso, he tenido dudas de si fue lo correcto, el típico miedo que le llega a todo el mundo cuando rompe con alguien para empezar una nueva vida y no de su lado.

En ese momento crees que se te viene el mundo encima, que costará… y cuesta, y más aún si echas de menos.

¿Me has echado de menos en algún momento de tu vida? No es malo recordar y sonreír, no es malo arrepentirse aunque sea solo por un instante, porque después, en frío, lo piensas y te das cuenta de que quizás fue lo mejor para los dos.

Yo sí que he vuelto a pensar en ti, a recordarte, quizás no a ti concretamente sino a la situación, a lo que creamos, al sentimiento que se quedó atado en un puente de París para no volver y presumir de que algún día tuvo dos dueños que se enamoraron.

A veces confundimos todo eso con echar de menos a la persona y por eso quería volverte a preguntar si me has echado de menos a mí, a esta tonta que te escribe, a la que sonrió sin quererlo cuando nos cruzamos por una última vez,

a la que se emociona cuando le vienen a la mente tus palabras… a la que dejaste de querer y que con el tiempo dejó de quererte a ti.

¿Me echas de menos? Pero hasta qué punto.

Si sin más, si para volver a hablarme, si como amigos o porque realmente te echas las culpas de lo que pasó.

Y si me dijeras sí me parecería tan bonito y tan incoherente… qué irónico que me diga que me echa de menos quien me echó de su vida.