Demuestra que me quieres (siempre)

Hay promesas que sirven de vómito para los corazones que no sienten de verdad. Hay intenciones y futuros que no se cumplen porque son en vano, porque no se luchan ni se trabajan…

Así que si me quieres demuéstramelo y si no, no me susurres mentiras que nos acabarán consumiendo. No sé cómo podrías vivir con la culpa de haberte engañado a ti mismo cuando se trata de amor.

Quiéreme todo el tiempo que pasemos juntos, acaríciame la espalda, trepa por ella, toca mis teclas y crea esa melodía que hicimos nuestra en cada estación.

Baila con mis miedos, cómetelos que yo tengo de postre a los tuyos, suéñame, pero suéñame sincero y cuando lo hagas no me lo cuentes porque lo nuestro es real y la realidad dicen que supera a la ficción.

Deséame como otros hicieron pero mejor que todos ellos. Presume de mí, no de lo que tengo sino de los que soy y de lo que te hago ser cuando estás conmigo, cuando nos quedamos dormidos en el sofá viendo cualquier serie que nos aburra, porque solo queremos etsar juntos.

No quiero fechas, no quiero regalos que se puedan tocar, no quiero citas ni palabras que se las lleve no el viento sino el olvido, que eso duele más.

Húndete conmigo en los infiernos, que no somos ángeles ni queremos serlo pero sé que te hago volar bajo las sábanas y sobre ellas. Si me quieres, si me amas, demuéstralo a cada segundo.

Que no soy de pedirte las estrellas pero sí verdades y miradas que me digan más de lo que calles. Porque el poder de las miradas para mí es el mejor regalo, y sí, cuando estás enamorado…lo gritan todo.

Así que mírame fijamente, cógeme del pelo, tócame el labio… y si algún día dejas de hacerlo dímelo, pero no manches nuestra historia con café y acciones por cumplir.

Es irónico que odie las palabras cuando amo escribirte, pero sí, he aprendido a que el amor no se demuestra con sílabas ni con rimas sino con mordiscos y con verdades, con lenguas sinceras que se entrelacen en una cuando la noche nos ahogue.

Si me quieres, demuéstramelo, a mí, no al resto, no a nadie que no tenga estos ojos y este corazón. Que el calendario no nos marque… que aunque vayamos a nuestro ritmo… prométeme que lo haremos bien… y sobre todo, que seremos sinceros.

No hay nada más doloroso que obligarte a sentir.

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