Te voy a confesar un secreto: tengo los mejores amigos. No sé si estaban destinados para mí desde el primer momento (por ese destino en el que no creo) pero lo que sé es que nos encontramos las situaciones más diferentes e increíbles que podrás imaginar.

Apuesto la mano por muy pocas cosas en la vida pero los amigos de verdad sé que se quedarán para siempre, también en el corazón. Por eso, cuando tienes a gente real frente a ti, de tu lado, es muy difícil hundirse y no salir a flote.

Cuántos viajes, cuántas conversaciones de madrugada, sacar información la persona que te gusta, disfrutar, llorar de alegría y de tristeza pero acabar bailando, bañarse desnudos en la playa…

…borracheras,  secretos, el pedir consejo y acabar haciendo lo que quieres, los abrazos interminables, hacer locuras que queden para el recuerdo y en un diario extraviado.

Porque hay veces que no necesitas que te digan nada sino que estén ahí cuando las cosas se nublan y llega el huracán.

Mira, ahora mismo estoy pensando en cuando sea mayor y recuerde todo lo vivido con mis amigos.

Porque sonreiré, porque no me arrepentiré de nada, porque aunque aún me queda mucho habré vivido las noches y los días más surrealistas del mundo con ellos y sobre todo, aprendí.

También.me acordaré de los que ya no están ahora o no estarán en el futuro. Porque la amistad puede irse, volver y marcharse de nuevo, todos tuvimos un amigo a quien ya hemos dejado de considerar amigo por muchas cosas.

Porque nos hizo daño (y no es amigo de verdad) o porque tomamos caminos distintos.

Pero escucha, la verdadera amistad se queda en un lugar tan profundo del pecho a prueba de balas…y he perdido la llave de ese cofre para que nadie lo abra sin mi permiso.

Son mis amigos y la amistad debe ser de las cosas más libres que existen, el dejarse conocer, que otros os conozcan y no ser de nadie ni de nosotros.

No sé qué será de mí ni de mis amigos en un tiempo lejano pero sí estoy segura de que en uno cercano aún seguiremos de la mano, evolucionando y coleccionando experiencias.

Y si algún día dejamos de vernos (toco madera para que no) permíteme decirte que ha sido todo un orgullo coincidir contigo en esta vida. Porque son mis amigos y en parte, gracias a los amigos, somos quienes somos.