
No sé a quién estoy hablando pero si recibes estas palabras es que tú has venido después de mí. Seré clara, cuídale.
Cuídame porque merece hasta las estrellas que aún no han nacido y unos buenos días en condiciones.
Yo le di todo lo que pude pero lo nuestro no pudo ser por mucho que subiéramos a la luna y viajáramos en los sueños.
A veces las relaciones no dan para más pero si queda un cariño y respeto ya valieron la pena.
De todo aprendemos, yo ahora sé lo que quiero, lo que no, lo que estaría dispuesta a aguantar y lo que jamás.
He madurado y sé que él también pero en el fondo seguimos siendo los dos de siempre, aquellos que se dejaron llevar y que aunque no funcionara no se arrepienten.
A quien vino después de mí, valórale y admírale, porque no merece menos.
Nosotros lo pasamos muy bien pero las nuevas etapas tienen que hacer frente a nuevos comienzos y hay que dejar ir para plantar semillas en otros bosques que ya no son tuyos. Estamos bien, está todo pasado y superado pero siempre existirá esa complicidad de nosotros al vernos, aunque no digamos nada.
Si vas a estar con él ten en cuenta hasta sus días de mal humor como los tenemos todos, sé sincera a cada instante y hazle partícipe hasta de tus malos momentos, que eso cuenta el doble.
Quizás tendréis vuestros más o vuestros menos como todas las parejas pero por favor, no le hagas daño.
No por mí porque yo ya no formo parte de esta historia sino por él, porque no se merece sufrir ni siquiera un poquito.
Si has venido después de mí acepta mi relevo aunque esto no sea un juego, aquí los sentimientos nos dejan llevar y tan pronto como vienen se pueden ir.
Si has ocupado mi puesto es que te has convertido en alguien importante en su vida y eso no se le olvidará nunca.
Así que por favor y una última vez, cuídale y bésale cada día como si fuera el último Y si un día te vas y llega otra acepta que la vida, aunque duela es así.
Mientras, disfruta, os lo merecéis.
Obra protegida por derechos de autor.