Si no pudimos tenernos no nos echemos las culpas a la espalda, que ya bastante tiene cada uno con cargar con lo suyo.

No pudo ser, no podrá ser nunca, pero creo que en otra vida quizás el destino apueste por nosotros.

¿Te ha pasado eso de enamorarte a primera vista y después no encajar nuestras piezas? Eso nos pasa por lanzarnos tan pronto, por darlo todo sin frenos… que saltan los airbags en la curva y nos da igual el chocarnos a 100 km/h.

Somos el prototipo de masoquistas que lo intentan y lo intentan aun sabiendo que no funcionará.

Pero qué queréis que os diga, si algo he aprendido es a no quedarme con las ganas porque a lo mejor salía bien y a lo pero aprendíamos… y nosotros fuimos de la segunda opción. 

Tal vez en otra vida alguien haga que nos encontremos y que funcionase, pero ambos sabemos que eso solo pasaría si dejásemos de ser quienes somos para ser otros… y eso, no va a pasar.

Nunca cambies tu esencia por nadie y hagas cambiar al otro, porque el amor es dejar ser al otro lo que quiera ser y no cortarle las alas ni él a ti.

Tendríamos que cambiar tantas cosas que no me compensa, porque estoy orgullosa de la persona en la que me he convertido y que si lo nuestro no tuvo el final de los cuentos fue porque somos como el agua y el aceite, una combinación rara, explosiva y ante todo imposible.

Si no pudimos tenernos aprovechemos esto como una lección de la vida, que fuera hay peces y tiburones y ante todo te tienes a ti mismo, el amor más sincero y grande que podrás imaginar.

Tal vez en otra vida, en otra dimensión y en otro mundo pudiera salir bien o al menos no tan mal como hasta ahora… pero chico, es, literalmente, imposible.

Los polos opuestos se atraen… hasta que se desgastan.